miércoles, 4 de enero de 2012

Padres primerizos: ¿Qué hacer para recuperar la intimidad?

Fotografía de stock: Couple kissing with son and bag of…

El primer hijo cambia la vida. Por él, se pasa de ser una pareja a padres. La adaptación a la nueva situación es dificultosa y los momentos para compartir de a dos se tornan infrecuentes y efímeros. Claves para rencontrarse y no perder la intimidad.

De la tranquilidad al caos absoluto. No se comprende cómo pero en un instante, la vida da un giro de 180 grados, la sacudida es importante y los miedos son muchos.

El momento se esperaba desde que comunicaron la noticia meses atrás y todo es gran alegría. Sin embargo, en un parpadeo nuestro universo cotidiano se puebla de pañales y mamaderas. ¡Llegó el momento de la acción!

El gran debut

Con la llegada del bebé, durante las primeras semanas, la pareja pasa por un periodo de adaptación. Si los padres son primerizos el cuidado del pequeño se convierte en una obsesión por la cual se deja todo lo demás de lado. Los padres y madres se vuelcan tanto en su recién estrenado papel que, entre otras cosas, olvidan su función de amantes. Y, si bien es necesario admitir que es complicado, es esencial que la pareja tenga su intimidad y que el vínculo amoroso sobreviva a las obligaciones parentales.

Todo cambia

El bebé se convierte en el centro de la vida familiar. De repente, el universo de los padres empieza a girar en torno de sus revisiones pediátricas, fechas de vacunación y horarios alimenticios y de descanso. Pareciera que la pareja tiene que renunciar a muchas cosas (momentos de intimidad, diversiones sociales, horas de sueño, incluso propuestas laborales en algunos casos) por dedicarse a atender, día y noche, al bebé.

Encuentros postergados

Esto conduce a que, en muchas ocasiones, los encuentros sexuales se pospongan para momentos en que la pareja se encuentre más descansada o, en soledad, ya que durante los primeros tiempos todos los allegados desean conocer al nuevo integrante de la familia.

Los familiares pueden llegar a la casa sin previo aviso o establecer visitas regulares con el objeto de visitar al bebé. Justamente cuando los nuevos padres están más ocupados, todas estas personas deciden quedarse… ¡a cenar! Aunque bien se sabe que todos quieren lo mejor para el bebé, la presencia constante de personas alrededor puede provocar que los padres se sientan intrusos en su propio hogar.

Asimismo, hay que considerar que la mujer padece ciertas molestias (episiotomía y desgarros) que pueden producir dolor al realizar el acto sexual (aunque hayan cicatrizado de forma correcta). Por otra parte, el cuerpo de la mujer cambia durante el embarazo. Muchas suben de peso y comienzan a tener celulitis y estrías con lo cual puede que se sientan muy consientes de sí mismas o menos atractivas a los ojos de su pareja. El hecho de querer recuperar su cuerpo para volver a tener relaciones sexuales puede ser otra circunstancia que retrase los encuentros. Además, algunas mujeres encuentran difícil reconciliar la imagen de madre con la de una mujer sexualmente activa, por ello, pueden disminuir su interés en la intimidad.

¿Un intruso?

No se habla precisamente del nuevo integrante. La lactancia y el hecho de ser la madre quien se ocupe más del bebe, hace que el padre se sienta desplazado. En palabras del doctor Adrián Sapetti: “El padre queda en segundo plano y se siente excluido, no entra dentro de la relación madre- hijo y siente que ella le ha quitado atención”, afirma. Los hombres que viven este periodo de este modo es probable que sean infieles porque no llegan a comprender la actitud de su pareja. Además, ellos experimentan una falta de deseo asociada a que el hombre no ve a la mujer como la veía antes. Según explica el doctor Sapetti, se produce una identificación (inconsciente) de su mujer con su propia madre lo cual lo inhibe sexualmente.

Ser padres y pareja

Pareciera que la situación es dramática, pero no lo es: tener un hijo es lo más maravilloso que puede pasar en el mundo. Por ello, aunque la adaptación sea costosa, es esencial que los padres no olviden que son una pareja:

v Cómplices. Es fundamental que la pareja establezca una relación de complicidad en la crianza y que puedan repartirse las tareas. Para comenzar, es necesario pactar “huecos” de descanso personal.

v Hay que negociar conflictos. Eso es mucho más sencillo si la pareja está acostumbrada a hacerlo previamente. Por el contrario, si existe inestabilidad, los efectos con la llegada del niño se pronuncian mucho más.

v Tratar de no discutir por tonterías. Esto desgasta a la pareja y hace que el poco tiempo que se tiene para uno se desperdicie.

v Hablar. Trate de comunicar lo que siente y pónganse de acuerdo acerca del futuro y sobre cómo llevar las relaciones con la familia.

v Salir de la casa. Durante los fines de semana, planee actividades familiares, como visitar un museo o un parque. Incluso caminar juntos al llegar del trabajo le permitirá disfrutar de un tiempo en familia mientras el bebé pasea en el cochecito.

Amantes otra vez

A partir del momento en que el bebé llega a la casa, todo tiene que estar organizado cuidadosamente, inclusive, los encuentros con la pareja.

1- Organice “citas” semanales (reservando a una babysiter) y salga a cenar o a ver una película. Si todavía no quiere dejar al bebé con una babysiter, prepare una cena especial en casa después de que haya acostado al bebé.

2- Quédese despierto después de que el bebé se haya dormido, dese un tiempo para comunicarse con su pareja. Intente disfrutar 20 minutos al día para hablar y compartir sentimientos, puede hacer esto mientras lavan los platos o se preparan para dormir.

3- Como ya se mencionó, la mujer puede tener dolores luego del parto, lo cual le impide mantener relaciones durante el primer mes. De todas formas, esto no imposibilita el rencuentro de la pareja, no hay nada que impida los besos y las caricias.

4- Recuerde que lo mejor para los “tres” es que el niño no duerma en la cama de los padres.

5- Durante el encuentro es importante que el bebé se encuentre fuera del cuarto.  6- En caso de que el niño deba permanecer porque la cuna está allí, los padres tienen que buscar otro lugar. Tranquilamente, puede ser otro sector de la casa que no hayan descubierto para esos fines.

7- Puede ocurrir que, en el hogar, la pareja se encuentre pendiente del bebé. Entonces, lo mejor es encomendar a un familiar (abuelo, tío o alguien de confianza) el cuidado del niño por unas horas y encontrar un espacio para la intimidad fuera del hogar. Los hoteles pueden ser una buena opción ya que existe una garantía certera de que nadie va a molestarlos.

8- Lo más importante es que utilicen su creatividad para encontrar una forma de disfrutar juntos, el modo lo elige cada uno de acuerdo a cómo la pareja se ha constituido.

Importante…

Si la nueva situación los supera es probable que no se desee tener otro niño tan pronto. Por eso, la pareja debe adoptar algún método de anticoncepción como el DIU, diafragma o profilácticos. Hay que considerar que los anticonceptivos orales no pueden ser utilizados porque la madre se encuentra en periodo de lactancia y si bien esta inhibe la ovulación no la impide totalmente.

Fuente: Buena Salud

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