jueves, 26 de enero de 2012

Un simple paso a la vez

Imagen sin royalties: Footprints

La felicidad no necesariamente está circunscripta a las cosas grandiosas de la vida, es más, la felicidad es un constructo a diario, nacido de las cosas más simples aunque constantes.

Día a día podemos ir decorando nuestra rutina con cosas sencillas para hacer que el día realmente valga la pena, y aquí entra la imaginación de cada uno, los anhelos, los pequeños placeres, las grandes ideas. No hay límites a la hora de elegir qué es lo que te hace feliz.

Primero escoge esos pequeños detalles que te roban una sonrisa, dentro de la sutileza de la cotidianeidad se esconden hermosos tesoros que están al alcance de nuestra mano. Una taza de café, un momento con un amigo, una deliciosa ducha, cualquier detalle puede ser mágico si deseamos que así sea.

Luego claro está, se encuentran nuestros grandes ideales, esos que requieren de tiempo y paciencia, esos que se van completando sin que siquiera nos demos cuenta, cada ínfimo esfuerzo suma a la hora de concretar nuestras metas.

Una pregunta importante para hacernos es, ¿cuál es esa cosa, esa acción, que puedo comenzar hoy para mejorar mi vida? Y aquí no necesitamos recurrir a cambios radicales que cambien nuestra vida de la noche a la mañana, pequeños y sencillos pasos serán más que suficiente para acercarnos al cambio, para ejercitarnos mentalmente, para cada día estar más cercano a convertirnos en quién queremos ser.

Lo interesante de esto es que algo sencillo que puedes poner en práctica ahora mismo, todos tenemos el potencial para ser más felices, más sanos, más exitosos. Es simplemente cuestión de permitirnos descubrir el poder de esos pequeños detalles, esos detalles a los cuales ni siquiera le prestamos atención pero tienen la fuerza de cambiar toda nuestra vida, un simple paso a la vez.

Fuente: Psicología Positiva Uruguay

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