Una mujer de 54 años llegó a la sala de emergencias del hospital de la Universidad de Georgetown con un cuadro de amnesia. Había olvidado lo que había hecho las 24 horas previas, excepto que había tenido sexo una hora antes.
Según los expertos, el caso de esta mujer es un ejemplo de Amnesia Global Transitoria (TGA, en inglés), un síndrome de pérdida de memoria que afecta con mayor frecuencia a los hombres y mujeres mayores de 50 años, y que solo sucede una vez en la vida.
“No es una cuestión sentimental, es más bien una cuestión física ya que en una relación sexual el cerebro se oxigena mucho y un orgasmo puede generar una gran presión en el sistema simpático y parasimpático”, explicó la doctora Laura Berman, en una entrevista para CNN.
Berman añadió que de hecho este fenómeno se relaciona mucho con sucesos similares como cuando las mujeres lloran sin razón o ríen después de una relación sexual.
De acuerdo a Mayo Clinic, la amnesia global transitoria es un episodio de pérdida temporal de memoria donde no puedes recordar eventos recientes, así que no puedes recordar dónde estás o cómo llegaste ahí.
Un estuido del American Heart Association apunta que este tipo de incidentes se presenta en 10 de cada mil personas y puede durar de 20 minutos a 20 horas.
Pero, según dicho estudio, el sexo no es el único desencadenante de amnesia transitoria, también lo pude ser el ejercicio físico intenso, el estrés emocional, así como los baños calientes o muy fríos.
Las caricias en el repertorio amatorios son básicas. Tanto la mujer deber aprender a tocarse, como el hombre dejar de enfocarse en esas “zonas erógenas” típicas, para buscar otros puntos sensuales en ese inmenso mapa erógeno llamado piel.
El hombre debe de aprender a mirar cuando su pareja está llegando al clímax, así como conocerse más para postergar su erección.
El Viagra no es únicamente para quienes sufren de una disfunción eréctil. “Al alargar la duración de la erección con el Viagra, el hombre puede alejar preocupaciones y poner más atención en los juegos eróticos y convertirse en un mejor amante”, afirma David Barrios, sexólogo clínico y psicoterapeuta.
Evitar el ‘sexo domesticado’, donde entran las inhibiciones, restricciones internas y los roles predispuestos.
Atreverse a tener fantasías sexuales, que incluyen cualquier clase de actividad mental que intensifique el deseo. “Cualquier cosa puede ser parte de esta imaginación erótica“, según la psicoterapeuta Esther Perel, como: olores, recuerdos, palabras, sonidos, momentos específicos y juegos previos.
“Poco a poco la mujer se ha vuelto más demandante, de ahí que en los últimos años la disfunción eréctil se ha convertido en un motivo de consulta. Y gracias a medicamentos como el Viagra el hombre puede desplegar su erotismo al 100 por ciento”, explica Barrios, quien recomienda el uso de este tipo de ‘recursos técnicos’ como una solución casi garantizada.
Fuente: Univisión
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