jueves, 1 de diciembre de 2011

- Vivir pendiente del ba�o

De forma velada, intent? comentarle el problema en unas pocas ocasiones a su m?dico de cabecera, pero la respuesta que obtuvo -"Mujer, eso es cosa de nervios"- s?lo sirvi? para apuntalar a?n m?s su resignaci?n y convencerla de que "eso" era algo que hab?a que sobrellevar en silencio.

"Muchas personas con incontinencia anal tardan a?os, o incluso no llegan a consultar el problema por vergüenza o porque a veces se les ha insinuado que no tiene soluci?n, lo que llega a afectarles mucho psicol?gicamente", aclara Antonio Codina, especialista del Hospital Josep Trueta de Girona y presidente de la Sociedad Espa?ola de Coloproctolog?a. Sin embargo, contin?a, la realidad es que existen distintas opciones terap?uticas que son efectivas y que pueden mejorar considerablemente la calidad de vida del paciente. "Hay que desterrar la idea de que es un problema que nunca tiene remedio", remarca.

Se considera que existe incontinencia anal cuando la persona no puede controlar -ya sea total o parcialmente- la expulsi?n de heces l?quidas y s?lidas y/o gases, por lo que cada caso tiene sus propias particularidades y puede ser m?s o menos limitante.

Debido precisamente a la cantidad de pacientes que lo ocultan, no existen datos claros sobre su incidencia, aunque los especialistas calculan que el problema afecta en torno al 10% de la poblaci?n menor de 60 a?os y a un n?mero mucho mayor de personas de avanzada edad (algunas estimaciones sit?an el problema hasta en el 40-50% de los casos).

Mar?a, que ahora tiene 56 a?os, not? los primeros signos de que su esf?nter no funcionaba bien en la treintena, despu?s de que tres partos le produjeran serios desgarros en el perineo. Al principio, no pens? que fuera grave, sin embargo, con el paso de los a?os los s?ntomas fueron empeorando y haci?ndose m?s patentes.

"Los traumas obst?tricos, como episiotom?as y desgarros de mayor o menor intensidad, son una de las principales causas de incontinencia anal, con la peculiaridad de que no se manifiestan hasta varias d?cadas despu?s", confirma Javier Cerd?n, especialista de la Unidad de Coloproctolog?a del Hospital Cl?nico San Carlos de Madrid. Seg?n explica, haberse sometido a una cirug?a anal- como una operaci?n de f?stula- o haber padecido un traumatismo importante en la zona tambi?n aumentan significativamente el riesgo de sufrir este trastorno.

En sus muchos a?os de experiencia, este especialista ha visto todo tipo de problemas en su consulta. Desde j?venes que, con s?lo 18 a?os, sufr?an cada vez que ten?an que salir de casa, a profesionales a quienes sus gases pon?an en aprietos en sus puestos de trabajo, pasando por pacientes que depend?an ?ntegramente de los pa?ales, ya que su control del esf?nter era completamente nulo.

"Cada caso es distinto y, por eso, lo importante es individualizar la atenci?n", se?ala Cerd?n, quien subraya que el primer paso para solucionar el problema es un buen diagn?stico.

Adem?s de distintas pruebas para medir la existencia de lesiones y el grado de afectaci?n de la musculatura de la zona, tambi?n se tiene muy en cuenta qu? repercusi?n tiene el problema sobre la calidad de vida de quien lo sufre.

A partir de ah?, indican los especialistas, se abre una bater?a de opciones terap?uticas que intentan adaptarse a las particularidades de cada paciente. "En algunos casos es muy efectivo simplemente poner en marcha una serie de medidas higi?nico-diet?ticas. Cambiando los h?bitos alimenticios y utilizando pautas para controlar el ritmo y la consistencia de las heces, muchos pacientes consiguen mejorar ampliamente", apunta Codina.

Tambi?n es frecuente, tal y como aclara Cerd?n, que con estos pacientes se emplee una t?cnica conocida como 'biofeedback' que, b?sicamente, consiste en aprender una serie de ejercicios musculares que permiten mejorar la sensibilidad rectal y recuperar, al menos en parte, el tono perdido.

Desde hace algo m?s de un mes, Mar?a practica varias veces al d?a los suyos. Nadie se da cuenta de que est? ejercitando los m?sculos del ano, as? que puede hacerlo mientras ve la tele, viaja en el cercan?as o hace la compra. Le han dicho que tardar? un poco m?s en ver los resultados, pero las pruebas que acaban de hacerle en la Unidad de Coloproctolog?a donde tratan su problema ya muestran progresos importantes.

Lo que s? ha notado desde que sabe que "lo suyo" puede tratarse es que la vergüenza y la sensaci?n de ser un 'bicho raro' han ido desapareciendo. "Le coment? el problema a un especialista de digestivo al que hab?a acudido por otra circunstancia, por si hubiera alguna relaci?n, y fue ?l quien me deriv? al coloproct?logo y me coment? que hab?a esperanza", comenta.

Adem?s de las medidas que Mar?a ya ha puesto en marcha, existen otras t?cnicas disponibles como la esfinteroplastia -reparaci?n del esf?nter mediante cirug?a- o la neuromodulaci?n de ra?ces sacras o a trav?s del tibial posterior -estimulaci?n de distintos nervios perif?ricos para recuperar control de las funciones intestinales- que, en palabras de Javier Cerd?n, "proporcionan resultados muy satisfactorios".

Otras opciones, como la colocaci?n de un esf?nter artificial "no han dado resultados excesivamente buenos hasta el momento, aunque tampoco deben descartarse" por completo, asegura este especialista.

Seg?n su punto de vista, tambi?n la colostom?a -una intervenci?n que consiste en 'sacar' un extremo del intestino grueso a trav?s del abdomen de forma que las heces van a parar a una bolsa- debe valorarse en determinados casos. "No se puede olvidar, aunque sea un ?ltimo recurso, porque para muchas personas cuyo esf?nter no puede repararse esta opci?n puede ser mucho m?s higi?nica y aportar una mayor calidad de vida", subraya.

El mensaje que tanto Cerd?n como Codina quieren hacer llegar a quien padece este problema en la sombra es que "la incontinencia anal puede tratarse de forma eficaz". "Hay que quitarse la venda de los ojos y reconocer que el problema existe. No hay que avergonzarse porque hay opciones, personal especializado en el tema y una vida por vivir", concluyen.

Fuente: ElMundo.es


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