miércoles, 28 de diciembre de 2011

Así puedes frenar la Ansiedad

Habitualmente se habla de ansiedad como un único trastorno, pero dentro de ella pueden distinguirse varios desarreglos.

Según la Asociación de Psiquiatría Americana, se diferencian 10 tipos:

Crisis de angustia o ataques de pánico. Aparece de forma aislada un miedo o un malestar intenso, acompañado de cuatro o más de estos síntomas: palpitaciones, sudoración, temblores, sensación de falta de aliento, sensación de atragantarse, opresión torácica, náuseas, inestabilidad o desmayo, sensación de irrealidad, miedo a perder el control o volverse loco, miedo a morir, sensación de entumecimiento u hormigueo, escalofríos o sofocos.

Trastorno de ansiedad generalizada. Es un estado incontrolable de preocupación excesiva, que se prolonga durante más de seis meses y que surge ante actividades cotidianas. Se presentan tres o más de los siguientes síntomas: inquietud, fatiga, dificultad para concentrarse o para tener la mente en blanco, irritabilidad, tensión muscular o alteraciones del sueño.

Trastorno de ansiedad debido a enfermedad. La persona con este desorden sufre angustia y terror por la preocupación que le produce la enfermedad que padece.

Trastorno de ansiedad inducido por sustancias. Está provocado por el consumo de drogas o fármacos y provoca crisis de angustia y obsesiones o compulsiones.

Agorafobia. Se siente aprensión al encontrarse en lugares o situaciones donde encontrar ayuda puede resultar difícil.

Fobia social. Es un temor acusado y persistente ante situaciones sociales o actuaciones en público en las que la persona se ve evaluada o expuesta a gente que no pertenece a su ámbito familiar.

Fobias específicas. Miedo intenso y persistente ante la exposición o anticipación a determinadas situaciones, objetos, animales o fenómenos ambientales.

Trastorno obsesivo-compulsivo. Se tienen pensamientos o imágenes recurrentes que causan gran desasosiego. Para evitarlos, la persona recurre a comportamientos reiterativos (como lavarse las manos) encaminados a neutralizarlos.

Trastorno por estrés postraumático. Es una repentina sensación de desamparo desencadenado por haber experimentado o haber tenido conocimiento de un acontecimiento doloroso o estresante. La persona teme rememorar el trauma, lo esquiva y vive en un estado de extrema vigilancia.

Trastorno por estrés agudo. Ante la exposición a un acontecimiento traumático, en el que intervino la muerte o amenaza física, se responde con temor, desesperanza u horror intensos.

Si quieres evaluar tu nivel de ansiedad puedes visitar la página www.ucm.es/info/
seas/autoeval.htm.

“Nueve de cada diez pacientes pueden llegar a curarse”

Responde: Antonio Cano, Presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés y profesor de Psicología de la Universidad Complutense.

MH. ¿Qué tiene más peso en un trastorno de ansiedad: las implicaciones genéticas o las aprendidas?

Antonio Cano. Es difícil de determinar, porque la causa de estos desarreglos no está claramente delimitada y sólo podemos hacer asociaciones. No sabemos si tienen más importancia los factores biológicos o los conductuales o cognitivos, ni en qué proporción. Lo más probable es que interfieran ambos y su interacción favorezca el desarrollo de los trastornos de ansiedad.

MH. ¿Cuál es el tipo más grave?

A. C. El trastorno obsesivo-compulsivo, aunque hay distintos grados. Muchos especialistas señalan que quizá no debería incluirse entre los trastornos de ansiedad, pues algunas de las personas que lo padecen pueden hacer su vida normal, pero otras tienen grandes problemas para relacionarse. También puede ser muy severo el estrés postraumático.

MH. ¿Ante qué síntomas debemos preocuparnos y acudir al médico?

A. C. Hay un síntoma clave para los psicólogos y psiquiatras: el malestar clínicamente significativo, una percepción subjetiva del nivel de sufrimiento, que es diferente para cada persona.

MH. ¿La ansiedad se cura definitivamente o se producen rebrotes?

A. C. La mayor parte se cura; de hecho se habla de porcentajes de recuperación del 80%. Incluso puede superarse el 90%, si concurren otros factores, como una rápida detección y una gran capacidad de autocontrol y fuerza de voluntad por parte del paciente. Sólo el trastorno obsesivo-compulsivo no tiene tan buen pronóstico; a veces se consigue la remisión, pero no la curación.

MH. Éste es un trastorno difícil de entender por quien no lo ha padecido. ¿Qué actitud deben adoptar familiares y amigos?

A. C. Lo principal es que se informen, así entenderán lo que le sucede a esa persona y podrán contribuir a aliviar su problema. A veces sólo hablar con quien sufre ansiedad, comprenderle y tratar de hacerle ver aquello que tiene importancia puede ser de gran ayuda. En ningún caso deben restarle importancia, ni decirle que todo son imaginaciones o tonterías.

MH. ¿El tipo de vida que llevamos favorece el desarrollo de este tipo de desórdenes?

A. C. Seguramente sí, aunque existen pocos estudios epidemiológicos y los que hay difícilmente son comparables porque han sido realizados bajo distintos parámetros. Sin embargo, los informes que manejan los mismos criterios sí parecen detectar un ligero incremento. Por otra parte, no hay que olvidar que el consumo de ansiolíticos en nuestro país crece en torno a un 7% cada año.

Fuente: Mujer

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