martes, 20 de diciembre de 2011

Controla las golosinas que comen tus hijos en Navidad

La Navidad es una época muy golosa especialmente para los niños,  ya que en todas partes abundan los turrones,  mazapanes,  fruta escarchada, polvorones  y chocolates, entre otros dulces típicos de la temporada. Si bien es difícil negarles que coman un poco de cada uno, debemos controlar la ingesta de golosinas para evitar empachos e indigestiones, ya que ellos no son capaces de decir basta.

La mejor forma de prevenir los atracones es no dejar  la bandeja de los dulces a la vista ni al alcance de los niños,  ya que si los pequeños tienen acceso a ella, estarán continuamente “picando” y luego no querrán comer.  Aprende a  negociar con ellos y déjales claro que primero deben consumir alimentos saludables y luego podrán  darse un gustito de vez en cuando.

Pero no sólo los dulces navideños alteran la alimentación infantil estos días, muchos padres suelen ser más permisivos con los refrescos azucarados,  lo que multiplica la ingesta de azúcares que son los que más dañan los dientes, razón por la cual debemos extremar la higiene bucal de los niños durante estas fiestas.

Hay que recordar  también  que las bebidas azucaradas aumentan el riesgo de obesidad infantil, incluso con una dieta equilibrada, y que el consumo de azúcares no debe superar el 10% del total de calorías que ingiere un niño diariamente.

Con los más pequeños hay que ser muy cuidadosos.  No es recomendable que  prueben los postres navideños hasta después de los 18 meses, para prevenir problemas de salud, ya que  la mayoría de ellos  están elaborados con huevos y frutos secos que podrían provocarles alergias e intolerancias alimentarias.

La Navidad tampoco debe convertirse en excusa para dejar de lado los hábitos alimentarios saludables, ya que los niños corren el riesgo de intoxicarse por comer en exceso o  combinar alimentos de todo tipo.   Aunque es normal que quieran comer de todo en estas fechas, su organismo puede resentirse.  Lo ideal es buscar el equilibrio en su dieta y compensar las  comidas más copiosas, haciendo el resto de comidas más livianas, e introduciendo especialmente  frutas y verduras que además de favorecer la digestión les aportan vitaminas.

Recuerda que no  se trata de amargarles las fiestas navideñas a los pequeños con prohibiciones, sino  hacerles entender que algunos alimentos no son saludables,  por lo que deben consumirse con moderación y ocasionalmente.  Explícales que disfrutar de algo súper delicioso, no significa atiborrarse con dicho alimento.

Fuente: Mujer

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