viernes, 2 de diciembre de 2011

La risa y otros remedios infalibles para conquistar a una mujer

Si bien me dieron ganas de invitar a comer a Rita, dada su transmutación, la verdad es que cuando veo a Lola me olvido de todo. Sí, hace un tiempo me están pasando cosas y cuando se acerca me pongo tartamudo. Hay palabras que no puedo decir cuando me habla y trato de buscarle sinónimos y es peor.

Lola es regia, ojos verdes, colorina, flaca y sobre todo con mucha onda. Es diseñadora de las agencia y por cierto tiene todo un cuento con Andy Warhol. Por eso una vez me metí a Google a investigar más sobre ese personaje y me aprendí de memoria unas de sus frases famosas a ver si por ahí entraba a llamar su atención.
Ni les cuento lo que me costó aprendérmelas. A esta altura ya no retengo ni líquido. En fin la cosa es que un día en una de las tantas tertulias cruzadas que se dan en la agencia, Lola hizo un comentario sobre unos grabados de Matta y así como para meterme a la conversación por la puerta trasera del micro, le dije: “Yo nunca leo, más bien veo las imágenes…”, me dijo… “guena poh guarrol” y todas se rieron, parece que mi investigación express sobre frases célebres del personaje aquel hasta ahí no más llegó, la cosa no iba por ahí, me sentí con menos respaldo que un puff.
La historia es la siguiente; Lola es la típica mina con onda. Ella puede ponerse un pañuelo en la cabeza y se ve diferente, top, segura, le resaltan sus ojos, en cambio si yo hiciera algo así, me vería entre maestro de la constru y doña Florinda. Lo que ella toca lo mejora.

La otra vez le comenté a un amigo que no sabía cómo abordarla y me dijo que tratara con la caballerosidad que eso a las mujeres siempre les gusta.
Que me mostrara preocupado por ella, pero también por las demás, como ejemplo ofrecer café a todas como para que ella diga “que es tierno Damián”. Si lograba una cita, tengo que ser el más caballero de todos casi a la antigua, abrirle la puerta de mi auto, acercarle y alejarle la silla del restaurante…etcétera.
Otro partner me dijo que la técnica que el emplea es hacerla reír, pero que tuviera ojo porque eso es algo que juega a favor, pero también en contra. Una vez el ocupó esa técnica y su amiga lo buscaba siempre, se preocupaba que estuviera presente cada vez que se hacía alguna reunión y él pensaba que la hacía de oro.
Al cabo de un tiempo le quiso dar un beso y ella lo paró en seco. Lo peor , dijo, es sentirse tratado como un niño que se portó mal. A la larga su idea de hacerse el chistoso terminó siendo más mala idea que darle la tarde libre a Valdivia antes de un partido.

Creo que hacer reír a las chicas es algo que no falla. Mi amigo Andrés ocupaba esa técnica cuando llegaba a los pubs. A veces estaba sólo y se ponía a mirar si habían chicas solas o en grupo. Me decía que hay que ponerse en la barra con un copete en la mano. Cuando se llega a la mitad hay que pararse e irse a la mesa de las chicas. Importante… siempre antes, hay que hacer cambio de luces con alguna, para establecer que hay un pequeño margen de éxito. Cuando se llega a la mesa hay que respirar hondo y empieza el show: “Estábamos hablando conmigo mismo y el copete y me pregunté: Mismo, tenis algún brillo para atreverte a encarar a esas chicas de la mesa? Así que me envalentoné y vine a preguntarles… aunque el “mismo” me está matando: dice que con esta cara de cómic, es imposible”. Mi amigo dice que la clave es ser chistoso pero auto-matandose suave y sistemáticamente. Llegará inevitablemente el momento en que una de las chicas comenzará a tirarte para arriba. Me dijo que en su caso se había operado la nariz días antes y les dijo. “Miren me operé esta ñata hace tres semanas con el fin de ser un Dios griego, el problema es que me la operó un gasfíter”. Dice que ahí las chicas explotaron en risas y no lo dejaron que se fuera.
Pero de todas las formas de hacerse el lindo con una chica la mejor es la de mi amigo Omar, más conocido como Don Omar no por el reaggetonero, sino porque sencillamente es un maestro. El aplicaba la “técnica del amigo lindo”. Siempre decía que al más bonito del grupo hay que dejarlo en la mesa y pararse a “tantear” qué onda con las chicas. Cuando ves que una lo queda mirando hay que acercarse y decirle a ella: “Lindo el loko, ¿no?, se pasó, si hasta a mí me ocurren cosas… pero el atado es que es muy tímido”…, a esa altura es seguro que la chica ya está sonriendo y se rompió el hielo, por lo tanto hay que seguir: “El dice que es feo, que nadie lo pesca… cachen que ni el copete le sube los bonos… o sea, no hay cómo… ayúdenlo, está en el suelo… péguenle una miradita que sea, así como jugando”. Al rato llamas a tus amigos y juntan las mesas lo demás es responsabilidad de cada uno, pero el que la hizo ya se ganó a varias con su performance.
Bueno debo reconocer que mis amigos tienen harta personalidad, lo que es fundamental en sus “estrategias”. Siento que en algo tienen razón, la risa es un remedio infalible y la mejor señal es cuando la mujer que le gusta a un hombre le sonríe. Ahora mi meta es hacer reír a Lolita.

Fuente: Mujer Publimetro

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